El fenómeno de la globalización ha traído consigo en los últimos años un cambio radical en la composición del contingente humano de la mayoría de empresas competitivas en todos los sectores y en todos los mercados mundiales. Una de las principales consecuencias de dicha globalización es la multiculturalidad que atañe a la composición de las plantillas. La heterogeneidad de los equipos humanos obliga a asumir un cambio en las relaciones jerárquicas, en el concepto del poder, las estrategias empresariales y el perfil de liderazgo.

Para Pablo Álamo (P.H. D. c. Economía y Empresa de la Universidad de Comillas), “este escenario exige un nuevo modelo de gestión que valore las diferencias y sepa alinearlas a la misión y visión de la empresa”. Álamo ofrece algunas claves para que el empoderamiento  del personal marque de manera positiva e innovadora la transición desde la empresa local y tradicional hacia la empresa multicultural en un mundo global.