La empresa española es cada vez más consciente de su necesidad de adaptación a las circunstancias cambiantes del mercado. Globalización y crisis son dos de los principales condicionantes de este cambio de mentalidad estratégica. Pero para poder acometer la exigencia del citado cambio operativo es necesario contar con líderes que presenten un perfil global y sepan manejar amplias competencias en gestión de la diversidad.

Para las grandes empresas de nuestro país, esas que todos conocemos y que son referentes e insignias de nuestra economía a lo largo y ancho del orbe terrestre, la internacionalización constituye una cuestión tan fundamental, asumida e inherente al concepto estratégico empresarial que se ha convertido, desde hace muchos años, en una de sus líneas básicas de acción. Los efectos de la crisis han motivado que cada vez más empresas españolas, de distintas dimensiones y sectores, se vean forzadas a seguir la estela de las grandes compañías, debiendo asumir el reto ineludible de expandirse fuera de nuestras fronteras como única vía de subsistencia o crecimiento.

Esta necesidad de internacionalización implica un cambio en el concepto de líder empresarial. El éxito de adaptación tendrá mucho que ver con el perfil de dichos líderes. Víctor M. Osoria señalaba recientemente en un artículo de Expansión que los nuevos líderes globales deberán estar formados en cuestiones tan fundamentales como son la gestión de la diversidad, la inteligencia y habilidades culturales o la visión global.